viernes, 11 de diciembre de 2020

jueves, 10 de diciembre de 2020

CARTA DE JESÚS EN NAVIDAD

Como sabrás, nos acercamos nuevamente a la fecha de mi cumpleaños.

Todos los años se hace una gran fiesta en mi honor y creo que en este año sucederá lo mismo. En estos días la gente hace muchas compras, hay anuncios en la radio, en la televisión. En todas partes no se habla de otra cosa, sino de lo poco que falta para que llegue ese día.

La verdad, es agradable saber que al menos un día del año algunas personas piensan un poco en mí. Como tú sabes, hace muchos años empezaron a festejar mi cumpleaños. Al principio no parecían comprender y agradecer lo mucho que hice por ellos, pero hoy en día muy pocos son conscientes de para qué lo celebran. La gente se reúne y se divierte mucho, pero no sabe de qué se trata.

Recuerdo el año pasado, al llegar el día de mi cumpleaños hicieron una gran fiesta en mi honor. Había cosas muy deliciosas en la mesa, todo estaba decorado y recuerdo también que había muchos regalos; pero, ¿sabes una cosa?, ni siquiera me invitaron. Yo era el invitado de honor y ni siquiera se acordaron de invitarme. Ni siquiera se molestaron en bendecir la mesa. La fiesta era para mí y cuando llegó el gran día me dejaron afuera, me cerraron la puerta..., y yo quería compartir ese momento con ellos.

La verdad, no me sorprendí. Porque en los últimos años todos me cierran la puerta. Y, como no me invitaron, se me ocurrió entrar sin hacer ruido. Entré y me quedé en el rincón. Estaban todos bebiendo, había algunos ebrios contando chistes, carcajeándose. Lo estaban pasando en grande. Para colmo, llegó un viejo gordo vestido de rojo, de barba blanca y gritando ¡Ho-Ho-Ho-Ho! Parecía que había bebido de más. Se dejó caer pesadamente en un sillón y todos los niños corrieron hacia él diciendo: "¡Santa Claus, Santa Claus!" "Papá Noel, Papá Noel!" ¡Como si la fiesta fuese en su honor!

Llegaron las doce de la noche y todos comenzaron a abrazarse; yo extendí mis brazos esperando que alguien me abrazara y .... ¿sabes? Nadie me abrazó...

De repente todos empezaron a repartirse los regalos, uno a uno los fueron abriendo, hasta que se abrieron todos. Me acerqué para ver si de casualidad había alguno para mí.

¿Qué sentirías si el día de tu cumpleaños se hicieran regalos unos a otros y a tí no te regalaran nada? Comprendí entonces que yo sobraba en esa fiesta, salí sin hacer ruido, cerré la puerta y me retiré.

Cada año que pasa es peor, la gente sólo se acuerda de la cena, de los regalos y de las fiestas, y de mí nadie se acuerda. Quisiera que esta Navidad me permitieras entrar en tu vida, siquiera que reconocieras que hace casi dos mil años que vine a este mundo para dar mi vida por tí en la cruz y de esta forma poder salvarte. Hoy sólo quiero que tú creas esto con todo tu corazón.

Voy a contarte algo, he pensado que como muchos no me invitaron a su fiesta, voy a hacer la mía propia, una fiesta grandiosa como la que jamás nadie se imaginó, una fiesta espectacular.

Todavía estoy haciendo los últimos arreglos, por lo que este año estoy enviando varias invitaciones y es este día, hay una invitación para tí. Sólo quiero que me digas si quieres asistir, te reservaré un lugar, y escribiré tu nombre con letras de oro en mi gran libro de invitados. En esta fiesta sólo habrá invitados con previa reserva, y se tendrán que quedar afuera aquellos que no contesten mi invitación.

Prepárate porque cuando todo esté listo, daré la gran fiesta. Hasta pronto. Te espero... en Navidad, en la Eucaristía, en el pesebre, en la oración y en el bien que hagas en favor de los demás
JESÚS DE NAZARETH

miércoles, 2 de diciembre de 2020

MANUALIDADES DE NAVIDAD

    CORONA DE ADVIENTO

Con nuestra mano como molde, dibujamos en distintos tonos de verdes nuestra mano y lo recortamos y damos forma a la corona, después la podemos decorar con un lazo rojo, pompones como bolas del acebo puede ser papel rojo, pompones rojos...  Si tenemos por casa velitas pequeñas podemos ponerlas dentro de la corona o alrededor.




Forramos rollos de papel higiénico con papeles de distintas tonalidades de verde, podemos añadir un lazo rojo de goma eva y decorarla con pompones de varios colores.  Si tenemos velas por casa podemos poner 4 velas ya sean de un color o de distintos colores: una morada, una verde, una roja y una blanca.




ADORNOS PARA EL ÁRBOL DE NAVIDAD


En un cartón dibujamos la forma de un árbol, la estrella de arriba la podemos hacer con goma eva o fieltro de color amarillo o dorado, pegamos espirales de pasta de varios colores en el árbol y ponemos una cuerdecita para poder decorar nuestro árbol de Navidad.





Con goma eva de varios colores hacemos círculos que nos servirán como bolas para decorar el árbol, podemos poner estrellitas pegadas, finalmente ponemos un lacito en la bola para poder decorar nuestro árbol.



Con depresores de madera y con silicona caliente o fría podemos dar mucho uso a estos palitos, damos la forma que queramos y pintamos nuestra figura del color que queramos con rotulador.  También podemos encontrar depresores de colores.  Para finalizar ponemos una cuerdecita y ¡se acabó!




PORTAL DE BELÉN


Con 3 piñas, tres bolas de poliespan y fieltro, con ayuda de mamá  o papá podremos pegarlo con silicona caliente y.... ¡Nuestro Belén teminado!




Pintamos una huevera de cartón de 6 huevos en dos tonalidades, el azul del cielo y el marrón del establo, mientra lo dejamos secar pintamos nuestras bolas de poliespan  que lo utilizaremos para las cabezas de nuestros tres personajes.  Su vestimenta se hace con goma eva de varios colores.  Necesitaremos ayuda de un adulto para poder pegar nuestras figuras.



Con plastilina de varios colores damos forma a nuestros personajes del Belén. Para unir la cabeza y el cuerpo utilizamos un palillo para que se sujete bien.  Para terminar podemos dar alkil para que quede más resistente.












CUENTO DE NAVIDAD

  EN EL CORAZÓN DEL PADRE ES NAVIDAD

Porque El es Amor hace nacer al amor,

Y, porque es Corazón, lo hace latir arrebatadamente

Bombeando hasta el infinito su sangre sanadora;

Y porque, con el Espíritu, es fuego lo hace arder en una

Hoguera luminosa, inabarcable, sempiterna.

Allí en ese Corazón es Navidad, grito, que engendra y regala

 y comparte la vida.


¡Qué grande el corazón del Padre! ¿ verdad, estrella de la noche?

Tú le acompañaste hace 2000 años mientras depositaba en nuestra pequeñita tierra la semilla

De la vida, su Hijo.

¡Qué grande el corazón del Padre ¿verdad, rocío de la mañana?.

 

Tú le acompañaste hace 2000 años mientras ponía en brazos de la Madre el fruto de la vida, su Hijo.

¡Qué grande el Corazón del Padre ¿verdad, pastor sencillo, Mago transparente?. Vosotros recogisteis  esa semilla, ese fruto, y  pudisteis tocarlo con la fe limpia, la mirada limpia y el abrazo limpio del amigo fiel.

 

Pero hoy hay mucha gente que no sabe dónde está ese Corazón grande de Padre o ni siquiera sabe si el Padre tiene Corazón o, peor, tampoco sabe si hay un Padre que aún tiene corazón para Amarnos aunque dicen que llega Navidad.

 

Buen Padre Dios.¿Te gustan nuestras Fiestas, las que llamamos Navidad.?

¿Está tu Corazón dando la vida bajo tantas bombillas de colores?

 

¡Ya ves cómo hemos adornado nuestro mundo!

Nos parecen tan simples las estrellas que, necesitamos más colorido

¿La luna? ¡Mejor, el luminoso intermitente que nos da más ritmo!

No podemos con el silencio de la noche ¡es agobiante!. Necesitamos ruido

¿Cómo leer las Santas Escrituras?. Si es verdad que el Ángel nos anuncia algo, podemos asustarnos sentirnos quizá comprometidos y eso molesta, ¡Mejor, no escuchar la Palabra en santas compañías ; más ruido, vayámonos de compras ¡Es Fiesta! Ya sabes, ¡consumimos!

 

Buen Padre, comprende…

Sí hijo, bien ves que no comprendo nada, que mi Corazón como una caja mágica espera que te acerques, lo mires, lo abras y te llenes de música. Sí, hijo, de música ¡no de ruidos! ¡ yo soy armonía!.

 

Déjame a mi que te pregunte para ver si puedo enterarme.

¿Por qué llamas Navidad a poner en el Centro de tu casa un árbol cargado de cosas, juguetes, regalos “para ser felices”

¿Por qué llamas Navidad a tantas idas y venidas, fiestas y más fiestas donde brillan afectos sin demasiado sentido?.

 

¿Por qué…?

 

Bueno, mira prefiero no preguntarte nada más, voy, como tú dices a cambiar el disco. Escúchame hijo, Yo quiero ofrecerte la Navidad.

Mi Hijo se hace Hombre para ser uno con vosotros.

Así de sencillo. Todo lo demás sobra y sólo hace falta una cosa: tener corazón para poder entenderlo. Por eso quiero prestarte mi Corazón de padre para que puedas tener tú un corazón de Hijo ¿te gusta el cambio?.

 

No te vayas lejos, párate y escucha: Es tan bonita la Navidad de la fe y de la esperanza, de la Caridad y de la verdadera alegría ¡la Navidad de la contemplación sencilla entre las pajas del pesebre, el cantar de los pastores y el asombro de los Magos!

 

Es tan bonito que los amigos se reúnan en torno a un Belén y recuerden (traigan al corazón) la sonrisa de mi Hijo, la Mirada de María, el gozo de José y también su llanto, su desconcierto, su primer dolor.

 

Es tan bonito contemplar la encarnación en un pequeño Niño, en una joven Madre, en un fiel esposo.

 

Es tan bonito dejar, todo lo que nos separa y juntar nuestras manos alrededor de la Cuna de un Recién Nacido que se llama “Dios con nosotros”.

 

¡Es tan bonito orar, mirar expectativamente esa adoración del Cielo en la tierra, cita de ángeles y de hombres!

 

¡Es tan bonito olvidad por un momento los paisajes tristes del dolor y del mal, del sufrimiento y la muerte y permanecer junto a ese Niño dulce, entrañable, tierno, amoroso, en la Paz, estar en ti.

 

Hay tantas cosas tan bonitas que yo quiero compartir contigo… y ahora es el momento porque es Navidad.

 

Mira a mi Hijo, en El estoy yo siempre y El conmigo

Formando un Corazón cuya urdimbre es el amor.

Esa será su Túnica Sagrada, inconsútil,

Con ella envolverá al mundo de misericordia

Y renovará la faz de la tierra.

El Espíritu sella el abrazo trinitario que

Intento compartir contigo en Navidad .

  

Te doy mis tres estrellas

 

   Mi bendición de Padre,

 Mi abrazo de Hijo

   Mi fuego de Espíritu.

 

 ASÍ SÍ, FELIZ Y SANTA NAVIDAD

POESÍA

 


LA HISTORIA DE NAVIDAD DE PLAYMOBIL


 

EN CADA HOGAR UN BELÉN

 Espero que os guste esta canción tanto como a mí, me parece una canción muy profunda, canción que Chema Purón compuso para la Asociación de Belenistas de la Rioja.



martes, 1 de diciembre de 2020

RECETAS DE NAVIDAD

 AQUÍ OS DEJO UNAS RECETAS SÚPER RICAS PARA ESTA NAVIDAD. ¡MENUDA PINTA!

































CUENTO DE NAVIDAD


Cuento de Navidad, de Ray Bradbury

El día siguiente sería Navidad y, mientras los tres se dirigían a la estación de naves espaciales, el padre y la madre estaban preocupados. Era el primer vuelo que el niño realizaría por el espacio, su primer viaje en cohete, y deseaban que fuera lo más agradable posible. Cuando en la aduana los obligaron a dejar el regalo porque excedía el peso máximo por pocas onzas, al igual que el arbolito con sus hermosas velas blancas, sintieron que les quitaban algo muy importante para celebrar esa fiesta. El niño esperaba a sus padres en la terminal. Cuando estos llegaron, murmuraban algo contra los oficiales interplanetarios.

–¿Qué haremos?

–Nada, ¿qué podemos hacer?

–¡Al niño le hacía tanta ilusión el árbol!

La sirena aulló, y los pasajeros fueron hacia el cohete de Marte. La madre y el padre fueron los últimos en entrar. El niño iba entre ellos, pálido y silencioso. –Ya se me ocurrirá algo –dijo el padre. –¿Qué...? –preguntó el niño.

El cohete despegó y se lanzó hacia arriba al espacio oscuro. Lanzó una estela de fuego y dejó atrás la Tierra, un 24 de diciembre de 2052, para dirigirse a un lugar donde no había tiempo, donde no había meses, ni años, ni horas. Los pasajeros durmieron durante el resto del primer día”. Cerca de medianoche, hora terráquea según sus relojes neoyorquinos, el niño despertó y dijo:

–Quiero mirar por el ojo de buey.

–Todavía no –dijo el padre–. Más tarde.

–Quiero ver dónde estamos y a dónde vamos.

–Espera un poco –dijo el padre.

El padre había estado despierto, volviéndose a un lado y a otro, pensando en la fiesta de Navidad, en los regalos y en el árbol con sus velas blancas que había tenido que dejar en la aduana. Al fin creyó haber encontrado una idea que, si daba resultado, haría que el viaje fuera feliz y maravilloso.

–Hijo mío –dijo–, dentro de medía hora será Navidad.

–Oh –dijo la madre, consternada; había esperado que de algún modo el niño lo olvidaría. El rostro del pequeño se iluminó; le temblaron los labios.

–Sí, ya lo sé. ¿Tendré un regalo? ¿Tendré un árbol? Me lo prometieron.

–Sí, sí. todo eso y mucho más –dijo el padre. –Pero... –empezó a decir la madre.

–Sí –dijo el padre–. Sí, de veras. Todo eso y más, mucho más. Perdón, un momento. Vuelvo pronto.

Los dejó solos unos veinte minutos. Cuando regresó, sonreía.

–Ya es casi la hora.

–¿Me prestas tu reloj? –preguntó el niño.

El padre le prestó su reloj. El niño lo sostuvo entre los dedos mientras el resto de la hora se extinguía en el fuego, el silencio y el imperceptible movimiento del cohete.

–¡Navidad! ¡Ya es Navidad! ¿Dónde está mi regalo?

–Ven, vamos a verlo –dijo el padre, y tomó al niño de la mano.

Salieron de la cabina, cruzaron el pasillo y subieron por una rampa. La madre los seguía.

–No entiendo.

–Ya lo entenderás –dijo el padre–. Hemos llegado.

Se detuvieron frente a una puerta cerrada que daba a una cabina. El padre llamó tres veces y luego dos, empleando un código. La puerta se abrió, llegó luz desde la cabina, y se oyó un murmullo de voces.

–Entra, hijo.

–Está oscuro.

–No tengas miedo, te llevaré de la mano. Entra, mamá.

Entraron en el cuarto y la puerta se cerró; el cuarto realmente estaba muy oscuro. Ante ellos se abría un inmenso ojo de vidrio, el ojo de buey, una ventana de metro y medio de alto por dos de ancho, por la cual podían ver el espacio. El niño se quedó sin aliento, maravillado. Detrás, el padre y la madre contemplaron el espectáculo, y entonces, en la oscuridad del cuarto, varias personas se pusieron a cantar.

–Feliz Navidad, hijo –dijo el padre.

Resonaron los viejos y familiares villancicos; el niño avanzó lentamente y aplastó la nariz contra el frío vidrio del ojo de buey. Y allí se quedó largo rato, simplemente mirando el espacio, la noche profunda y el resplandor, el resplandor de cien mil millones de maravillosas velas blancas.


UN POCO DE HUMOR

 

                           ¡Humor en Navidad!



 

 

Protocolo COVID para montar el Portal de Belén este año.

1. El número máximo de pastorcillos en grupo será de seis y deberán mantener la distancia de seguridad (un metro y medio).

2. Si se instala taberna estará cerrada a partir de las diez de la noche.

3. No se permite la presencia del ángel por si revolotea y hace efecto aerosol.

4. Al ser convivientes, San José, La Virgen y el Niño podrán estar juntos en el pesebre pero se pondrá un cordón de seguridad a dos metros de la cuna.

5. Los Reyes Magos tendrán que venir antes para pasar la cuarentena y se les hará una PCR. Dejarán los camellos en la última población confinada por la que pasen.

6. Todo el personal no esencial (el cagón, las lavanderas, el panadero, los romanos de Herodes, etc.) no podrán participar en esta edición.

7. En ningún caso se podrá montar ninguno por encima del 50% del aforo habitual; ovejitas, cerdos, cabras y los patos no contabilizan. Gracias.